• Liderazgo positivo: ser ejemplo con su conducta, ética y compromiso.
• Empatía: escuchar, comprender y valorar las necesidades de su equipo.
• Comunicación clara: expresar expectativas, dar retroalimentación y mantener la transparencia.
• Flexibilidad: adaptarse a cambios y buscar soluciones creativas.
• Proactividad: anticiparse a los problemas y tomar decisiones con visión.
• Justicia y objetividad: tratar a todos con equidad, sin favoritismos.
• Orientación a resultados: mantener el enfoque en los objetivos, sin descuidar el bienestar del equipo.
• Actitud motivadora: reconocer los logros y estimular el crecimiento profesional.